Hace dos años, en otra dirección distinta, bajo el mismo cielo, anuncié que dejaba la blogosfera para siempre. A los tres meses, regresé con esta "Imitación A La Vida", como quien se zambulle de nuevo en ese mar que acaba de cruzar a brazadas, como quien corre con los pantalones desabrochados en plena calle, sólo con la necesidad de volver a esa casa a la que juró nunca regresar.
Hace dos años, dejé el anterior blog por cansancio, por apatía, por estrés. Hoy le pongo el punto final a "Imitación A La Vida" por una buena razón. Por la mejor de las razones.
En mayo, hago las maletas y marcho a Londres. A trabajar, a empezar una nueva vida.
Cuando anuncié que ponía el blog en descanso hace un mes, fue con la voluntad de meditar bien esta decisión.
Ante el trágico panorama laboral que hay en este país, la solución es emigrar. Y, pensando, pensando, durante días y noches, a lo largo de una semana, concluí que, además de lo que debía hacer, era también lo que quería y deseaba.
Si te digo la verdad, hacía mucho tiempo que no me sentía tan feliz, con una mezcla entre seguridad y frenesí, con los días bien ocupados; a veces, simplemente haciendo planes en mi cabeza.
Sé que habrá decepciones, chascos y quizá fracasos en el camino, pero nadie me arranca de este momento de ilusión recuperada, de proyectos, de la posibilidad de un cambio.
Los que hayan leído con atención este blog, saben que era lo que perseguía desde hacía mucho tiempo.
Como domino el inglés y tengo la inestimable ayuda de mi amiga Lidia para instalarme, parece que el trauma de llegar a un país extranjero vendrá amortiguado.
Y, en realidad, hacer las maletas y saltar a la aventura con kilómetros de medio y una ciudad enorme como destino fue algo que ya hice una vez. Ahora es cuestión de repetirlo.
Tengo muchas ganas. Oh, no pasan los días con suficiente rapidez.
Entre paquetes de libros enviados a Canarias, lecturas en voz alta, papeleos y uñas mordisqueadas de puro nervio, sabía que tenía que volver a despedir "Imitación A La Vida". Un último baile, por favor, para el placer que nunca muere.
Escribir este blog ha sido duro, cansado y, en ocasiones, muy frustrante, aunque, cuando todo se termina, lo apropiado es quedarse con lo mejor.
Y ha sido tantísimo. Si, dentro de una década, recordara esta página, estoy seguro que diría lo mismo que hoy: fue la terapia ideal en el peor de los tiempos.
Tuve la oportunidad de decirle al mundo lo que me ocurría: las deudas del pasado, la sequía del presente, todas las cosas que me esclavizaban tontamente y los múltiples engaños y trampas en los que me había enredado a lo largo de los años.
"Imitación A La Vida" ha sido un espejo. Y cuando se verbalizan las cosas, se ordenan en una frase y se entienden, puede que se encuentre la respuesta buscada.
Yo la encontré.
Sucedió entre diarios de crisis y pasajes del esplendor, pero todos los posts contienen algo de las respuestas que me urgían - recuerdo la frase de la suprema ambiciosa, Joan Crawford: "No tengas miedo de nada" -, y, si la decisión ha tardado en llegar, también considero que ha sido un milagro que lo haya hecho finalmente.
La respuesta no ha estado ni en un novio ni en una llamada venida del Cielo ni en una manzana caída del árbol.
La respuesta ha estado en mí mismo, en el auténtico amor propio, en la confianza recuperada de que lo conseguiré algún día.
Y, además, dispongo de la ayuda de mi familia y de mis amigos, esos que me han recordado estas últimas semanas lo mucho que aprecian, apoyan y aplauden mi decisión.
¿He dicho alguna vez que estaba solo en esta vida? Mentía.
Puede que tú, querido lector, ya seas uno de esos valiosos amigos, porque han pasado muchos años desde que escribo en este rectángulo de Blogger, el mismo que nos ha deparado tantas emociones genuinas en las mejores ocasiones.
Te podría dar las gracias, pero nada sería suficiente para expresar lo que siento.
El otro día, Lo, la más fiel de las lectoras, aquí, sentada en el sofá al lado de donde escribo ahora, me decía todo lo que debemos agradecer a Internet, que nos ha procurado tantos encuentros inesperados y tantos reencuentros necesarios, que nos ha acercado, que nunca nos alejará.
Sé bien que, donde haya la luz de una Wifi, no habrá crisis, sólo esplendor. Siempre nos quedará Facebook.
Dentro de una década, echaré la vista atrás y recordaré estos años en la blogosfera como una época loca, robada al tiempo, irrepetible, donde era joven y libre, hasta para pasar las tardes escribiendo lo que me gusta.
Dentro de una década, incluso antes, pueda volver a hacerlo.
Hace dos años, dije adiós para siempre. Hoy digo hasta la vista, hasta pronto, hasta mañana. Quién sabe. Dejo la puerta entreabierta, los muebles en su sitio, la luz encendida, por si las cosas no salen como espero, por si encuentro el tiempo para escribir por aquí, por si hay espacio para retomar esta y otras aventuras blogueras. Por si quiero volver a casa.
Reza por ese regreso, espéralo, mientras ahora agito mi pañuelo y las lágrimas caen como diamantes.
Porque la vida no termina hoy. Sólo acaba de empezar.
"Sé bien que, donde haya la luz de una Wifi, no habrá crisis, sólo esplendor."
ResponderEliminarHermosa frase que describe nuestros vínculos afectivos y virtuales.
Buen viaje y estadía, amado Josito. Y algún día nos reuniremos en Madrid al calor de unas cervezas, lo sé. Gracias por todo este tiempo dedicado a la escritura para nosotros.
El mejor de los motivos posibles para despedirse.
ResponderEliminarMucha suerte en esta nueva etapa. Una parte muy grande de mí te envidia por la aventura. Y lo que la Wifi ha unido, que no lo separe el Canal de la Mancha. Un beso y gracias por todos tus maravillosos textos. Se te quiere :3
ResponderEliminarEnhorabuena por la decisión, seguro que para bien. Seguimos en contacto por el face que te quiero face. Un beso y buen viaje!
ResponderEliminarTe acabo de descubrir y ya te vas. Londres te va a gustar. Tu alegria ante esta nueva vida me recuerda la mia en el loco Londres de los sixties.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor allá por Londes ^^ Y quien sabe, la vida da muchas vueltas!
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