Recomendar o comentar algo remotamente positivo sobre la serie "Arrow" supondría defender lo indefendible.
En realidad, tampoco hay nada malo que decir de ella, porque el asunto tiene, ante todo, el atributo de lo inofensivo.
En realidad, tampoco hay nada malo que decir de ella, porque el asunto tiene, ante todo, el atributo de lo inofensivo.
En una época de sequía en cuanto a sorpresas seriéfilas, nuestro motivo para seguir "Arrow" parece retrotraernos a una época pasada, donde se acudía a títulos como "Baywatch" o "Acapulco H.E.A.T", no precisamente por sus fascinantes tramas, sino a la dignísima búsqueda de abultados perímetros torácicos.
Los creadores de "Arrow" deben darse cuenta de que el éxito y los ratings han sido culpa del rocoso torso y, para que no canse el de Stephen Amell, han fichado de manera fija y regular a dos macizos más para incrementar el encanto y la atracción.
Así se ha creado el silogismo "Arrow".
Así se ha creado el silogismo "Arrow".
Si no se descamisa Stephen Amell, se descamisa Manu Bennett. Si no se descamisa Manu Bennett, se descamisa Colton Haynes. Y si no se descamisa Colton Haynes, pues se descamisa Stephen Amell.
Todos contentos, con tres guapos, un montón de argumentos de derribo y las neuronas en estado de reposo.
Colton Haynes, tercero en discordia y nuestro chico de hoy, es una auténtica monada y nos viene con el sello de ser el penúltimo bad boy de la televisión.
Desde Kansas hasta cumplir 24 años en Hollywood, se cuentan apariciones en variados títulos, una inevitable carrera como modelo y el decisivo paso por dos series, que han necesito de sus pectorales y su mocedad.
Fue adorada presencia en el remozado MTV de "Teen Wolf" y partió el corazón a sus seguidores cuando anunció que, tras dos temporadas, marchaba hacia pastos más verdes.
Dichos verdores eran los de "Arrow", donde ahora incorpora al delincuente juvenil Roy Harper, destinado a ser el segundo de a bordo en la lucha de Oliver Queen contra los malos de la ciudad.
Ha sido llegar y conquistar.
Sin duda, es el nuevo motivo maromial para continuar viendo la serie, especialmente si hay primer plano de esos labios nacidos para besar y ser besados y de esos ojos, rematados por las pobladas cejas que lo hacen inconfundible.
Sin duda, es el nuevo motivo maromial para continuar viendo la serie, especialmente si hay primer plano de esos labios nacidos para besar y ser besados y de esos ojos, rematados por las pobladas cejas que lo hacen inconfundible.
Como todos los chicos guapos de su edad, Colton Haynes es una mezcla óptima entre frescura y golferío, entre inocencia y ganas de liarla. Es una bomba y lo sabe.
Sus fans crecen a la medida que aumenta la atención sobre él y, en los próximos episodios de "Arrow", se anuncia más y mejor Colton, con o sin camiseta, según requerimientos del trashy guión.
En cualquier caso, esperemos que sobren oportunidades de demostrarnos que Haynes no se pierde una flexión.
¿Quedan muchos días y noches con Colton Haynes? Sólo el tiempo lo dirá.
Que diga que sí, por favor.
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