lunes, 2 de diciembre de 2013

Aaron Eckhart


Además de alabar los físicos y encantos de los más guapos con la baba colgando, "El Día del Maromo" vale en muchas de nuestras luneras ocasiones para reivindicar actores cuya presencia se añora con la frecuencia merecida.
Y entre éstos, no hay otro como Aaron Eckhart, ese hombre que gusta a todo el mundo, menos a las películas de importancia y los premios de circunstancia. 


¿Por qué?, me pregunto cuando me despierto cada mañana, ¿por qué no hay más y mejor Aaron Eckhart? ¿Acaso existe tío más machote, buenorro, rubiales y talentoso en Hollywood?


Con ese aire a Randolph Scott, esa barbilla partida, esa cabeza de facciones rectas y esa mandíbula tan norteamericana, Aaron hubiese sido toda una estrella del western en otros tiempos.
Es un duro que da confianza hasta el punto de parecer suave, sería el héroe que se baja del caballo para regalarte una flor del camino.
Pero estamos muy lejos de westerns.


Ahora, como muchos actores de su edad y generación, Aaron Eckhart luce perdido en películas que no son grandes éxitos y/o son peores que un dolor. En general, nada a su altura.
Diríase que trabaja poco y disperso, tónica que ha recorrido su vida, aunque, en el interín, siempre ha tratado de mejorarse a sí mismo en su vida personal y su técnica interpretativa.


Un chico honesto, aparte de avasalladoramente atractivo, Aaron Eckhart ha sido estrella secreta en muchas de las películas que ha intervenido. 
Su Harvey Dent trocado en Dos Caras era lo mejor y más inusual de "El Caballero Oscuro", título que lo hizo conocido a ojos blockbuster y también el que revalidaba su querencia por hombres caídos a la corrupción. 
Hasta ahora, ha sido el momento más noticiable de Eckhart en su carrera interpretativa, esa que había empezado desde muy pequeño.


Nacido en una familia mormona, Aaron tuvo una existencia bastante nómada durante sus años de formación hasta asentarse en Nueva York, donde el esfuerzo estaba en conseguir una oportunidad frente un desolador desempleo. 
La llegada de Neil LaBute, dramaturgo y cineasta, fue el golpe de suerte, y, desde entonces, ha sido su mentor y quien lo embarcara en papeles interesantes, si bien relegados a ámbitos independientes.


Las noticias sobre Aaron se aceleraron cuando se le vio como el novio motero de "Erin Brockovich" y, en otro papel de corruptelas y entretelas, como el lobbyista de las tabacaleras en "Gracias Por Fumar". 
Fue la película que lo depositara en terrenos comerciales y también su oficiosa prueba de casting para "El Caballero Oscuro".
Recuerdo cuando se estrenó "El Caballero Oscuro" oír a más de un amigo decir que ni Christian Bale ni Heath Ledger. "Tienes que ver a Aaron Eckhart, Josito, qué tío más guapo".


Desde entonces, se convirtió en secreto a voces, favorito de culto, aunque lo restante ha sido, como decíamos, nivel decepción.


En cualquier caso, es un tipo que siempre está bien, maromial e interpretativamente hablando. 
Era electricidad como el policía neurasténico, intoxicado - y, nuevamente, corrupto - de "La Dalia Negra" y, mientras todos los elogios se dirigían a Nicole Kidman, yo insistía que, en "Rabbit Hole", Eckhart estaba mucho más fino y sutil como la otra mitad del matrimonio devastado por la muerte de su hijo.


A pesar de que las oportunidades de auténtico brillo sean contadas, Aaron tiene pendientes unos cuantos estrenos para los próximos años. 
Quizá exigir más para él sea exigir más para el cine comercial norteamericano, que minusvalora a sus hombres de excepción o los embarca en proyectos imposibles. 
Sin ir más lejos, una de sus próximas películas será vendernos a Aaron como monstruo de Frankenstein. 


Las costuras no impiden ver la alta definición macizoide, inevitable en estos tiempos por cualquier actor que se quite la camiseta. 
No nos quejaremos, señor mío, aunque la desvergüenza del producto está fuera de toda duda.


¿Habrá mañanas benevolentes para ti, para mí, para Aaron y para el mundo?
Repetiré en cualquier tribunal que me pida jurado testimonio: "Yo sólo quería más y mejor Eckhart, señores de Hollywood".

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