domingo, 31 de agosto de 2014

IAV


El único plan es que no hay plan.
Mientras el viejo armazón arde, crepita y parece tan hermoso antes de convertirse en cenizas, los ojos saben de la reconstrucción después del incendio. 
Hoy quemamos la casa para construir otra nueva.


Estoy cansado de dar explicaciones, de bloqueos creativos, de asistencias vitales, de opiniones de los demás, de corsés autoimpuestos, de esperar por mí. 
Al final, sólo existen dos guías para escribir bien, ese par de recetas para trascender: alcanzar la mayor concentración posible y obtener placer en el trabajo que implica. 
Es difícil, aunque cuenta la leyenda que la clave es el esfuerzo. Sin esfuerzo, nadie se levanta del sofá. Con él, hasta se olvida el deseo de volver a ese sofá cuanto antes.


Hoy declino caminar por la cuerda floja y hago el salto mortal desde el principio.
El blog se llama "IAV", para tener un nombre más breve, para tener un nombre propio, para que se inscriba en camisetas, en tarjetas de visita, con la pureza de una caligrafía sin abalorios, esa que dispara más que vende.


La dirección seguirá siendo la misma; el espíritu, los contenidos, el estilo, también. La manera de abordarlo cambia. Hoy tiro a la basura los corsés, abro las ventanas, respiro. El fuego, por fin, se apaga. 
El único plan es que no hay plan.


Abro las ventanas y digo que no hay secciones ni las habrá. No resta camino trazado más que escribir. Todos los días, de algo, de todo. 
Quiero escribir más de cuatro posts a la semana. Si puedo, hasta seis. Si un día no puedo, no lo haré. Si otro día no quiero, ese día, oh, ese día lo haré más que nunca. 


Hoy declino caminar por la cuerda floja, porque estoy cayendo al vacío. 
¿Qué se puede esperar de esta caída en la oscuridad, esa que nos llevará a la luz de la tercera temporada? Más posts, más personales, de tamaño variable. No quiero mirar ni una sola vez a Wikipedia, evitaré escribir más palabras de las necesarias y ya ansío sumergirme en los posts con la voluntad de la seducción, la mía despertada por ellos, la tuya buscada por mí.
Los posts se visten de lo acostumbrado: entretener, informar, hacer pensar, poner cachondo, enfurecer, satisfacer las románticas ansiedades de su autor y, sobre todo, aplacar nuestra infinita sed por comunicarnos, eso para lo que escribimos, eso para lo que leemos. 
Llámame "IAV", búscame en la dirección habitual. Hay una certeza: los lunes habrá maromo, pero será casi mudo, confiado a una breve presentación, seguida de las mejores imágenes del caballero tratado.


Otra certeza: todos los días, a cualquier hora, es posible que publique. 
Ya no vivo para llenar "IAV", mi vida es la que llenará "IAV". De las películas que veo, de las opiniones que tengo sobre casi cualquier cosa, de lo que me gusta, de lo que detesto, de esta vida mía, de lo que espero conseguir, de las múltiples decisiones y de sus amigas, las rectificaciones. 
La convicción es escribir, escribir, escribir. La concentración será el placer. Mejorar, porque es posible, porque lo ha sido. 


Hágase sitio, amigo mío, y hasta siéntase cómodo. Esta, como siempre, es su casa.

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