Los hacen rubios en latitudes norteñas, señor mío.
Por regla general, Paul Bettany aparece en una película y roba la escena. Y, forzosamente, yo me pregunto, boquiabierto y ojiplático:
- Sirk mío, ¿acaso puede existir un ser más rubio que este hombre?
Dudo que también haya actor más hipnotizante y arrollador, que sobresale desde filas secundarias como los mejores contemporáneos y mantiene esa eterna promesa en su mirada de que, también al modo de lo más selecto, está desaprovechado por la gran maquinaria.
Paul Bettany es un actor a la espera de papelón en un mundo raquítico de papelones.
Él asegura que no tiene ningún plan artístico.
Como actor intuitivo, Bettany adora la improvisación, y además de sello de sus interpretaciones, también lo ha sido en sus rumbos artísticos. Le gusta la variedad y, echando un ojo a su currículum, se nota que le hace ascos a poco.
Paul Bettany es hijo de familia de teatro y él, como rebelde sin causa, se lanzó bien jovenzuelo a buscarse la vida, donde fue artista callejero hasta que pudo costearse estudios de dramaturgia.
Londres era ese lugar de nacimiento y conquista, y papeles elogiados dieron paso a mejores oportunidades y luces internacionales.
Con el cambio de siglo, se le vería en producciones de postín y repercusión.
Su papel más aclamado hasta la fecha se encuentra en "Master And Commander", aunque sería otra película con Russell Crowe la que lo pondría en el mapa de ruta hollywoodiense y hasta le traería el amor de sus días.
En la blandengue "Una Mente Maravillosa", Bettany era exquisitez en plena planicie fílmica y, aunque no compartía ninguna escena con ella, no pudo menos que fijarse en la ya legendaria belleza de Jennifer Connelly.
Connelly, además de tan guapa, salió de esa película bien dorada: con un Oscar y casada con Bettany. Lo que yo llamaría una perra sarnosa, por pura envidia.
Paul Bettany y Jennifer Connelly es una pareja hermosa hasta decir basta, por como se compagina la rubiaciedad de Paul con la morenez de Jennifer.
Llevan una década de matrimonio y tienen tres niños, pero yo deseo sinceramente que se encarguen de repoblar el planeta.
Si mañana es día del Diluvio, hagan sitio en el Arca a Bettany y Connelly, por favor.
Con Ron Howard, Bettany también repetiría en otro pestiño celebrado. Y es que ningún otro actor podía ser el alocado monje albino de "El Código Da Vinci".
Porque llamar a Paul Bettany significa marcar código rubio, con todas las ganas.
Y además de rubio o precisamente por lo rubio, Paul Bettany está muy bueno.
De un modo avasallante, a veces. Es uno de esos hombres atractivos in crescendo, que atraen inmediata atención, mientras conquistan poco a poco y abarcan la pantalla con una personalidad entre finamente chulesca y distinguidamente personal, bajo la intensidad actoral que profesa.
A Paul se le ha podido entender de tenista amoroso para Kirsten Dunst o como la voz de Jarvis en la saga de "Iron Man", pero hay un momento Bettany tan infravalorado como la película que lo contiene.
Me refiero a "Margin Call", helador drama sobre una debacle corporativa, con un reparto bastante ecléctico, donde Bettany, como es de costumbre, se los zampa a todos.
Desde que lo vi en "Margin Call", me dije: "Es increíble el talento que tiene este hombre. Es increíble que no haya estado en "El Día del Maromo". Es increíble lo mucho que puedo odiar a Jennifer Connelly".
Todo muy increíble lo mío con Bettany.
Leía hace poco que Ridley Scott está en marcha con una secuela de "Blade Runner" y, aunque haya cero esperanzas de siquiera que roce una brizna de la brillantez original, por lo menos podría contar con Paul Bettany, que sería un pedazo de replicante de los que vosotros no creeríais.
Un nuevo Roy Batty, sí. Imagínate: un metro noventa y tres de titán en tu ventana, y no sabes si viene a matarte, a comerte o a informarte que ha dejado a Jennifer por ti.
Paul es de esos seres más altos que la vida y un tanto extraterrestres de aspecto que parecen no envejecer nunca.
Tiene cuarenta y cinco años y cualquiera lo diría. Seguro que era igual a los dieciocho.
Como siempre digo a propósito de estos actores de culto - esos que a todo el mundo le gustan, menos a los productores de Hollywood -, sólo espero verlo más, mejor y muy noticiable en próximas aventuras cinematográficas.
Que te aproveche en el entretanto, Connelly.
Tremendo en Margin Call!!!
ResponderEliminarTiene un tipo impactante, sin duda. Esa mirada, esa "rubiez", esa buena planta.
Jennifer, cuídalo y disfrútalo!