lunes, 18 de noviembre de 2013

Jamie Dornan


La elección de Christian Grey ha tenido un nivel de suspense y controversia que no se recordaba en Hollywood desde los tiempos de Escarlata O'Hara. 
¿La notable diferencia? Todas las actrices soñaban con ser la O'Hara, mientras todos los actores han salido huyendo como alma que lleva el Razzie de eso llamado "Cincuenta Sombras de Grey".


A menos que cuente usted con un guionista con libertad o un director genial, de libros malos salen malas películas. 
Y me consta que, de un libro espantoso - quizá llamarlo libro sea exagerado -, se engendrará otro peldaño más hacía el vacío; esa escalera al abismo que, aunque cueste creerlo, el cine comercial todavía nos demuestra que no ha recorrido por completo.
El casting final ha esclarecido que es una película para hacer famosos a sus protagonistas, mientras el proyecto se construye y materializa con intenciones de complacer a las lectoras, propiciar saga y que suceda exactamente lo mismo que con las novelas: todo el mundo dice que son una mierda y se consumen como si fueran diamantes.


Aventuro que "Cincuenta Sombras de Grey" revitaliza algo que, tras la democratización del porno, se creía perdido: el interés por el "libro sucio". 
La literatura erótica tiene augustos referentes, aunque, buena o mala, siempre se acudía a ella por la curiosidad, eso que mueve ahora a devorar este nuevo humo, que ha encontrado inevitable adaptación cinematográfica. 
Ya ha movido fecha de estreno para aumentar la intriga; se vería el próximo verano en principio, pero los responsables han pensado que es una date movie y los chicos llevarán del brazo a sus novias el día de San Valentín de 2015.
Será cuando los espectadores tortolitos observen en pantalla que es hora de salpimentar sus camas con un poco de violencia teatralizada.


La necesidad de que te aten con la corbata, te traten como una puta y te la metan por el culo me parece muy respetable - al escribir esto, me han entrado ganas a mí -, pero "Cincuenta Sombras de Grey" viste de femenino aquello que, en otros empeños, se acusa de machista. Es decir, no es más que el resultado de amanerar una fantasía extraída directamente del más rancio y menos imaginativo porno heterosexual. Y, para colmo, está escrito como el mismísimo ano.
En estas novelas de medio pelo, el responsable no sólo es un maestro en ataduras y cadenas, sino que además debe ser rico, tener estilo y estar súper bueno, nivel chico de anuncio. 
Que hayan elegido a un modelo británico para incorporarlo me parece inspiración divina. 
Si en las adaptaciones de las viejas novelas de Jacqueline Susann se elegían inadvertidamente a los actores más inexpresivos para protagonizarlas, ahora se elige a un guapo de Calvin Klein, que abulta en calzoncillos, mira a cámara con impostada vulnerabilidad y se deja barba de tres días para rematar.


El Entertainment Weekly nos daba la primera foto promocional al respecto y la cosa pinta seductoramente basuresca y basurescamente seductora, con Dakota Johnson mirando con la tierna fragilidad de su madre - Melanie Griffith - y Jamie Dornan rodeándola entre sus amenazantes brazos, de cuyas manos cuelga la inconfundible corbata. 
Los amantes del verdadero trash queremos que la película sea graciosa; quizá tendremos que conformarnos con que no aburra a las piedras.


Todos lo dicen: Jamie es un chico realmente atractivo. Demasiado delgado para mi gusto, aunque cuesta apartar la mirada de él. 
Mejor para ese papel y esa película que Charlie Hunnam, el original elegido, cuya espantada me parece digna de comedia loca. Lo veo saliendo de ese rodaje, agarrándose los pantalones en plena carrera y con música de Benny Hill.
Charlie se fue, las fans respiraron tranquilas y, pese a que lloraron por Matt Bomer, la decisión irrevocable se llamó Jamie Dornan. De manera inmediata, se le buscó en el Google Imágenes mucho más que en el Imdb.


A Dornan se le puede encontrar en mil anuncios de moda, aunque ya dio un debut llamativo como el Conde Fersen de la "María Antonieta" de Sophia Coppola, película para la que también se necesitaba belleza de anuncio de fragancias. 
Por entonces, también se le dirigía el ojo y objetivo a Jamie Dornan, porque estaba ennoviado con Keira Knightley, otra criatura de reconocido metabolismo acelerado. Duró unos años y quedaron pastos más verdes.
El pasado abril, Jamie se casaba con la también actriz Amelia Warner.


Reconozco que llamóme la atención el bello Jamie desde "María Antonieta" y he tenido breves oportunidades catódicas para reencontrame con él. 
Fue sheriff en "Once Upon A Time" durante varios episodios y, si yo sostenía que los asesinos son cada vez más atractivos, "The Fall" fue el último e inenarrable ejemplo cuando pone a este sexy barbado a matar morenitas pechugonas, también con parafernalia sadomasoquista de por medio.


Es congruente que esa interpretación de buenorro peligroso haya sido ticket y pasaje para Christian Grey, el multimillonario cool que enseña su miembro viril a Anastasia Steele y ella sólo puede decir:
- Madre mía...


"Madre mía" dirá Jamie cada vez que llega a Belfast, su lugar de nacimiento hace treinta y un años; me cuenta la Wikipedia que Dornan es primo segundo o tercero de Greer Garson, la misma que seguro elevaría la ceja con aquella nobleza de qualité que se gastaba ante la lectura de "Cincuenta Sombras de Grey".
De momento, su monísimo primo se prepara para soportar estoicamente un bombardeo que ni la Señora Miniver. 
Me cae bien Jamie, así que sólo deseo que sea leve y para bien.

3 comentarios:

  1. Pues nada, lo has vendido estupendamente. Mejor que Charlie, desde luego... Yo, experta en despotricar del Grey previa lectura de la infame trilogía, veré esta película y las que vengan, faltaría más.

    Un apunte: a Anastasia no se la meten por el culo. Mucho blablabla, pero nada. Un tapón anal y pare usted de contar. Exceso de helado de vainilla y poco sorbete de cocido madrileño.

    Besotes :)

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  2. Pues menos mal que no se llama Vaginastasia, porque entonces ni la olería.

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  3. Lo más tronchante de las fotos promocionales es que en al menos dos Dakota sale mordiéndose el labio con ese gesto tan sencillo, vulgar y corriente pero que consigue que Grey se ponga dolorosa, profundamente cachondo.
    2015 me parece muy lejano, que la estrenen ya. La que se nos viene encima a todos.

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