lunes, 11 de noviembre de 2013

Nick Youngquest


Decíamos ayer - y también anteayer - que el maromismo vende y hasta arrasa. 
Alguien se ha dado cuenta, por fin, de que la atención del populus se consigue con macizos tanto como con buenorras, y las marcas y firmas demandan guapos de verdad.


Ahí está el deportista Nick Youngquest, que últimamente está despertando mucha atención por su anuncio de Invictus, la nueva colonia de Paco Rabanne. 


No es la primera vez que Nick enseña músculos y tatuajes, porque este chico tiene una seria alergia a la ropa y nos lo comunica con cumplida periodicidad cada vez que se lo piden.
Los dioses me libren de presentar alguna objeción al respecto.


Australiano de origen, cómo no, Nick es uno de esos infartantes jugadores de rugby devenidos en beefcakes para las ansiosas masas. 
Aunque nacido y crecido en las Antípodas, su carrera deportiva se ha desarrollado en Inglaterra, donde ha jugado para varios equipos con suerte dispar. Ahora es wing para los Castleford Tigers, cuyo vestuario debe ser lo más parecido al lugar de mis sueños.


Los aficionados a ese deporte identificarán a Youngquest por sus pases y placajes, mientras mucho me temo que la inmensa mayoría de la población lo conoce, babas colgando mediante, tras verlo marcando bíceps y caminando a lo machote en la publicidad de Invictus.


Como he dicho, no es primera ocasión. 
Desde hace unos años, y al mismo ritmo que su colega Ben Cohen, la carrera deportiva se ha compaginado con las poses para las cámaras. Nick ha ido más allá y ya puede considerarse un modelo profesional, solicitado para varias campañas y reportajes.


En cierto calendario para recolectar fondos para la lucha contra el cáncer, no sólo enseñó el culete, sino que puso la ovalada pelota sobre sus partes pudendas y se suscitó el mismo aburrido escándalo de siempre. Él cayó de pie y nosotros caimos a sus pies.


Al igual que Cohen, Nick ha respondido positivamente al seguimiento gay que ha terminado por convertirlo en pin-up.


No sólo ha dicho que le parece fenomenal que a su imagen se encomienden tantas masturbaciones, sino que además ha guiñado el ojo a sus fans masculinos, hablando en defensa de nuestros derechos, de su amigo gay Gareth Thomas y, en definitiva, de todas esas cosas que hacen los chicos listos y sensibles como Youngquest.


Como es rubio, ligero de prendas y apto a lucirse en vallas publicitarias, se le ha comparado con David Beckham, aunque este Nick se me hace más sexy y menos artificial que Becks, quizá también por más novedoso.
Youngquest tiene ahora unos carnosos treinta años, que se cuentan desde esa cara de ángulos tan rectos hasta ese cuerpo perfecto, marcado y ligero a un tiempo. Su gesto combina juventud y picardía, precisamente lo que lo pone en tantos anuncios. El calor, el calor. 


En el spot de Invictus, Nick sostiene la copa como quien ha ganado más corazones que campeonatos. 
Porque, en este mundo nuestro, uno debe hacer lo que le salga lucido, sea escribir blogs, darle a la pelota o decirle eterno adiós a las camisetas.


Y, un "Día del Maromo" más, te repito tres veces la palabra clave: Australia, Australia, Australia.

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