viernes, 26 de octubre de 2012

"Carrie"


 "Carrie" es una obra maestra.
Como toda obra maestra, es una pieza visionaria, de múltiples lecturas, llena de valores cinematográficos y de incalculable influencia en la ficción audiovisual posterior. Y, como emblemática película de los años sesenta, resulta difícil clasificarla.
En "Carrie", se agolpan el melodrama gótico, el cuento de miedo y la sátira social, para narrar la cautivadora historia de un personaje único: una niña marginada y humillada que encontrará la oportunidad de vengarse.
Basada en la primera novela de Stephen King, "Carrie" recurría a dos escenarios tan cotidianamente norteamericanos como absolutamente terroríficos: el high school y la casa de una fanática religiosa.


En ellos, se desarrolla el relato de Carrie White, la incomprendida, la sobrante, la pobre niña introvertida, que se pone el pelo en la cara, anda deprisa y pasa desapercibida, mientras su adolescencia parece no terminar nunca; en realidad, descubrimos que ni siquiera ha empezado.
Aunque se apellide "Blanca", su color será el rojo. Su pelo, su piel, su sangre menstrual y también el color favorito con el que teñir su primer y último baile de la promoción.

Sissy Spacek como Carrie White

Bajo la batuta de Brian de Palma, en la película irrumpen lo suntuoso y la devoción por lo hitchcockiano, motivos tan propios del director, que contrapuntean la evocadora historia y le otorgan toda la perversidad necesaria.


Ahí está el siempre sátiro director, buscando la desnudez de la protagonista y la de sus compañeras en la primera secuencia del vestuario.
La sensualidad se rompe con la irrupción de la sangría. La teta y la sangre: obsesión de Brian de Palma y motivo recurrente del cine de terror.
Sin embargo, la mujer desnuda no será la víctima gritona y descartable de otros cuentos de horror. En esta ocasión, se revelará como la protagonista, la (anti)heroína, la superviviente, la final ejecutora. 


Con la telequinesis, la niña Carrie encuentra un catalizador para su alienación, destruyendo objetos sin tocarlos. 
Y, así, entre la ensoñación y la realidad, entre los terrores nocturnos y los soleados días del barrio residencial, se moverá el caminar de Carrie, desde la bajada de su primera regla hasta su paseo ensagrentado por los pickets fences.


En la casa de Carrie, aparece la madre, una horrenda puritana, tan marginada socialmente como su hija, que expía sus culpas a través de peglarias y maltratos.
Carrie, la tímida en busca de la rebeldía, encontrará la fuerza para enfrentarse a ella e ir al baile de la promoción sin esperar su permiso.

Sissy Spacek y Piper Laurie

El baile de la promoción resume el espíritu de "Carrie", donde el poema a la lucha de una niña deriva en una violenta galería de horrores.
Desde una suave balada pop, que adorna el primer y último beso de la protagonista, irrumpe el metálico clímax.
Carrie, empapada en sangre, como salida del útero materno, encuentra su definitiva humillación justo cuando creía haber conseguido la felicidad. 
Si todo adolescente siente que el mundo se termina, Carrie será la encargada de darle todo el sentido a ese sentimiento.
Y una pasarela de imagen y crueldad como el instituto encuentra su castigo ante Carrie, que fulmina el artificio y lo destroza con su mirada, ahora vacía e implacable.


Ya la madre de Carrie insistía repetidamente que el Diablo estaba entre ellas, en la casa, en todo.
Bien podría decirse que todos los seres de "Carrie" viven en el Infierno sin saberlo; sólo puede haber fuego para que se den cuenta.

El lanudo William Katt como Tommy

Y, mientras, la niña ignorada se convierte en la mujer infamous. Nadie le hablaba antes, nadie parará de nombrarla después de aquella noche. ¿Es "Carrie" también una irónica saga de fama?
En cualquier caso, la mirada de desconcierto y desastre de Carrie cuando le cae la sangre de cerdo bien podría resumir esa atmósfera de la década de los setenta, donde la sociedad del bienestar se despertaba a un letal desencanto.


Esa orgía de destrucción también toma el pulso a la vida y miserias de esas comunidades norteamericanas, presuntamente pacíficas, que alguna mañana aparecen en las noticias tras padecer el caos y la muerte.
"Carrie" habla de la mentira de la paz, que se viste de casas aseadas y limpios jardines, pero vive roída por la crueldad y la represión.


El súper susto final, célebre por adueñarse de muchas pesadillas desde 1976, insiste en la hipnótica mezcla entre placidez y gorefest; una combinación desarrollada de manera impecable a lo largo de una película inolvidable.
"Carrie" supuso un éxito tan tremendo como duradero, síntoma claro de las ganas del público de pasarlas canutas en la sala de cine, y convirtiéndose en una de las películas imprescindibles para disfrutar en cualquier noche de terror, sea Halloween o no.


Su goticismo suburb sería imitado en muchas ocasiones, mientras la realización intencionada e inquietantemente exagerada - con pantallas partidas y slow-motion como recursos de tensión - presentaría el estilo de Brian de Palma para el gran público. 
Puede decirse que el triunfo de "Carrie" abriría las aguas para el desarrollo de una carrera irregular, pero siempre sorprendente y muchas veces brillante.


Si el toque camp quedó bien asegurado con esa inspiradísima Piper Laurie, cuchillo y Biblia en mano, el secreto de "Carrie" siempre fue Sissy Spacek.
Gran culpa del encanto de esta película está en sus pecas, su mirada, su fragilidad, su voz de niña eterna y lo bellísima que está convertida en esa muñeca roja de ojos azules, que hace apagar las luces y desciende del escenario del baile, amenazante, deslumbrante, haciendo de su personaje una rock star del terror.

"If you've got a taste for horror, take Carrie to the prom"

Es inevitable sentirse identificado con el personaje, a pesar de temerla. 
Trae la imagen de una venganza que se sirve ardiendo; es la realización del deseo íntimo de destruir todo el sistema y andar tranquilamente entre los escombros de vuelta a casa.


Lo dicho: obra maestra.

4 comentarios:

  1. Gran película... Y doy fe del susto final: una tila me tuvo que dar mi madre después del mismo. Menudo berrido metí. Menos mal que estaba en casa.

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  2. Genial película y estupendo análisis, en post producción el remake, algo que gusta mucho a los productores actuales que solo piensan en obtener beneficios en esa otra terrorífica jungla competitiva llamada box-office. La nueva joven que se intentará meter en la piel de Carrie White me parece una gran actriz (Chloë Grace Moretz) pero sin duda Carrie siempre tendrá el pecoso rostro y la azulada mirada de la gran Sissy Spacek.
    saludos

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  3. Muchas gracias, Alforte, y bienvenido!

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  4. Maestra no se...pero de una redondez extrema sí. Cada vez que la presencio con público adolescente disfruto de su vigencia audiovisual y de su impacto emocional como toma de conciencia dun despertar humano al ser individual y colectivo de una preadolescente (como bien dices no le dejan llegar a adolescente)...el "tobe" que les digo a mi alumnado...

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