jueves, 18 de octubre de 2012

Stephen Amell


La temporada de estrenos se presenta aún más desastrosa que la vivida y sufrida el año pasado, pero, en esta ocasión, la diferencia reside en que no voy a perder el tiempo.
La experiencia dicta que estas series que se estrenan en estos meses son como espermatozoides: ahí van corriendo, morirán casi todas por el camino y, si alguna llega y triunfa, ya nos enteraremos.
La excepción no podía ser otra que una causa maromística.
Porque, cuando salió publicado semejante cartel promocional, ¿alguno de vosotros dudaba de que me perdería "Arrow" por alguna razón en particular?


Stephen Amell, que lleva desde 2004 pululando por unas cuantas series, fijaba la atención de todo el personal en los últimos dos años.
Apariciones en "The Vampire Diaries", "Private Practice", "New Girl" y, sobre todo, "Hung", despertaron, más que nunca, el interés de productores y espectadores por el canadiense Stephen. 


En medio de la ascensión, perdía la oportunidad de reemplazar a Andy Whitfield como "Spartacus", quizá por ser demasiado alto; sin ninguna duda, hubiese funcionado mejor que ese mequetréfico Liam McIntyre.
En cualquier caso, sólo hay que ver el caso de Henry Cavill: la suerte supermanesca toca dos veces a cualquier guapo de impresión.
Era cuestión de tiempo y paciencia.


Después de disfrutarlo en "Hung", me hice fan inmediato de su página de Facebook, donde él mismo comenta su vida, videobloguea y pone fotos para el deleite general.
A raíz de sus publicaciones facebookeras, Amell parece un chico muy simpático, trabajador y atento con sus seguidores. También resulta un tanto chulo, pero, con ese cuerpo y esa cara, ¿quién no?


En Facebook, fue donde anunció el proyecto de "Arrow", por fin un papel protagonista, tal y como él y yo habíamos implorado mil veces a los dioses de Kobol. 
Bien predecía que interpretar catódicamente a Oliver Queen, el popular Flecha Verde de los cómics DC, iba a ser el momento decisivo de su trayectoria. 


El piloto de "Arrow" era elegido por la cadena The CW, especialista en shows de niños y niñas bonitos, que pedía más episodios y colocaba a la nueva ficción en su noche de miércoles para esta temporada.
"Arrow" se inauguraba finalmente la última semana.


Para el pelaje de lo que suele producir The CW, "Arrow" resulta un producto bastante notable e ingenioso, siempre dentro de su evidente modestia.
En general, guarda pocas sorpresas. Es la tradicional historia de superhéroe renegado de principio a fin, esa que hemos visto mil veces, veremos otras mil más y, por algún motivo, siempre disfrutaremos.


El buen hacer de la producción ha tenido su recompensa con unos datos de estreno inmejorables para la cadena; en proporción, quizá pueda ser considerado el primer y verdadero éxito de la temporada. 
Aunque todavía es pronto para cantar victoria, está claro que hay vida para Stephen Amell como estrella del primetime.


Si soy sincero, no seguí con demasiada atención el argumento de "Arrow". 
El mismo motivo por el que corrí a verla es el mismo motivo que no me dejaba concentrarme en otra cosa. 


Stephen, oh, Stephen. Debieran poner su foto al lado de cualquier definición enciclopédica de "tío bueno". 
Siempre fue un tipo atlético, pero ahora le ha dado más fuerte al gimnasio y ya es un macizo nivel delirio.

Quiero el trabajo de esa toalla

Los dioses de Kobol bendigan y protejan por siempre a su madre, a su entrenador personal y al responsable de colocarlo en primera línea de una producción televisiva.
Porque, cualquier razón vale para ver una serie, y más para alegrarse la vista con tanta rocosidad y belleza, no pienso perderme ni un solo capítulo de "Arrow".


Espero fervientemente que dure más temporadas que "Ley y Orden".

No hay comentarios:

Publicar un comentario