lunes, 30 de septiembre de 2013

Toby Stephens


Qué pasión la del pelirrojismo. Se resiste a morir y crece día a día.
Quién lo iba a decir años ha, cuando manifestar deseo hacia los hombres pelirrojos era poco menos que un atrevimiento. Sin duda, el huracán Fassbender ha sido decisivo en el seguimiento, aunque no debiera ser el único a adorar y recordar.
Hoy tenemos a uno de esos placeres escarlata que encantan, seducen y ya quisiéramos ver más a menudo. 
Él se hace de rogar, porque nació así de exquisito.


Para quien no lo conozca, se llama Toby Stephens y, como toda la devoción pelirrojística, ha pasado de ser señor de culto a gran favorito.
Toby es actor, porque, cuando naces del vientre de Maggie Smith y eres tan bello como ha sido ella - en realidad, luce como la versión masculina de la joven Maggie -, pues dedicarse a la ingeniería aeronaútica sería nada menos que aguar la fiesta.


Segundo hijo del matrimonio entre el también actor Robert Stephens - colorida personalidad, poco recordado hoy día - y la gran Maggie - ahora, de vuelta en "Downton Abbey", con la marcha intacta -, Toby Stephens ha demostrado un escrupuloso gusto en su carrera interpretativa. 
Tan escrupuloso que hay que vivir en Gran Bretaña para verlo con asiduidad. Lo suyo son las tablas teatrales, las emisiones radiofónicas, las puntuales citas con la BBC, para las que ha ofrecido todo tipo de papeles, algunos muy elogiados.


Los filtreos con Hollywood se vivieron a principios de este siglo y así pudo verse a Toby como el joven Clint Eastwood en "Space Cowboys" o como el súper villano de la entrega Bond "Muere Otro Día". 
Se vivieron como aldabonazos serios y Toby demostraba una asombrosa facilidad para imitar el acento norteamericano, hasta el punto de que consiguió el codiciado papel de Jay Gatsby en una adaptación televisiva de la obra de Scott Fitzgerald.
Pese a tener el viento a favor, Toby volvió a casa.


Igual de reacio que sus padres a boatos hollywoodienses, nuestro Stephens ha asegurado que no es hombre de glamour. 
Cuando regresaba, allá por 2005, se entendió como si nunca se hubiese ido. Fue entonces cuando daba una interpretación memorable en enésima versión de "Jane Eyre" para la BBC. 


Enésima, pero brillante. De hecho, una de las mejores traslaciones de la historia de Charlotte Brontë. Y él, en ese personaje bombón de Edward Rochester, estuvo sensacional y tan guapo que despertó toda una legión de fans entre los admiradores de los dramas de época.
Desde entonces, ha continuado su carrera, tal y como a él le gusta, de manera inquieta y discreta, aunque yo le pido que salga más y se descamise más a menudo.
Nunca olvidaré su pechipeludismo rojo cuando Bertha intentaba prenderle fuego por primera vez en "Jane Eyre", pero necesito que me refresque la memoria.

Como Edward Rochester en "Jane Eyre" (2006)

Quizá "Black Sails" sea la respuesta a mis plegarias. Es la próxima serie de Starz, de estreno pendiente para 2014. 
Por el trailer, la cosa tiene pinta de ser el típico festín basuresco que suele ofrecer esa cadena. Esperemos que sea un festín basuresco de los buenos, para que verla por Toby no sea mucho suplicio.
"Black Sails" lo devolverá a las retinas internacionales, aunque él no se baja de los augustos escenarios londinenses.
Ahí anda en la obra "Private Lives", según texto de Noel Coward.


Digo el dato de la obra teatral, porque sé de cierta señorita que anduvo por Londres, fue a ver la representación y esperó pacientemente por fuera para que el bello Toby accediese a hacerse una foto con ella. 
Hablo de nuestra amiga Athena, una de las fans acérrimas de este caballero desde siempre y hasta tal punto que suele llamar suegra a Maggie Smith.


Porque, ¿quién se puede resistir a esa aleación entre finura y virilidad, casi imposible de repetir, con esos ojos azules y esos labios?
¿Le has visto esos labios? Son perfectos. 


La nariz, el ceño, la cabeza enorme, las cejas naranjas de tan rojo. Este tío está esculpido en mármol y jaspe, como mínimo.
Maggie Smith, eres una artista y no nos das sino alegrías.   

2 comentarios:

  1. Oh, por Dios, qué gran descripción de este pelirrojo tan esquivo... Me ha encantado ("pechiludismo rojo", OMG). Y gracias por la mención :)

    Toby es una de esas maravillas inesperadas. Qué gran favor le hizo a las Brontë, porque también hay que recordar su Gilbert Markham de "La inquilina de Wildfell Hall", donde su pelirrojismo era de infarto.

    Esperemos que se deje ver más. Si no, ya sabemos que hay que ir a Londres a retratarse con él ;)

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