Hablemos de talento y digamos hoy la obviedad de que Chris Evans es un actor pésimo. Seamos precisos y aseguremos que llamarlo actor es demasiado.
No hay nada malo en Chris, excepto que no representa nada y, en todo lo
que a él concierne, reside gran parte de la inexpresividad del cine
norteamericano comercial.
Como comentábamos a propósito de Bradley Cooper, Chris es cara y envés del nuevo Hollywood: no se puede estar más bueno y tampoco se puede significar menos.
Son todos estrellas enanas.
Son todos estrellas enanas.
Chris consigue sus mejores éxitos, vestido de súperheroe y todo músculo, en mallas y sin ellas. Y, oh, es imposible odiarlo, tan simpático, tan frecuentemente shirtless.
Al final, por inofensivo, Chris tiene todo el encanto que nunca tuvo ningún gran actor y despliega el relax que no conoció casi ningún otro guapo tontín.
Su público, harto de palomitas y ávido de verlo saltar por rascacielos, camas y cordilleras nevadas, no rechista.
Porque Chris Evans es, ante todo, uno de los hombres más insultantemente sexys de los tiempos recientes.
Su carrera no se dice muy apasionante, pero el rol de Capitán América planea mantenerlo ocupado durante mucho tiempo; lo veremos en próximas secuelas tanto de "Los Vengadores" como de la franquicia de Stan Lee que protagoniza en exclusiva.
También lo cazamos en los últimos Oscars, junto a sus compañeros de reparto en "The Avengers" y, aunque siga siendo nada más - y nada menos - que Chris Evans, es un placer tropezárselo.
Su hermano Scott también es actor y, además, abiertamente gay.
Chris lo apoya tantísimo y tan públicamente, que se ha convertido inesperadamente en defensor de nuestros derechos.
Como Ben Cohen, Evans es el jock amable. Es decir, un puto sueño de maromo.
Como jock de pies a cabeza, con esa carita entre sabelotodo y súpercapullo y ese cuerpo para agarrar abanico, Chris le dedica ahora todos los besos de esos exquisitos labios a Minka Kelly.
Para quien no conozca a Minka, informemos que era la cheerleader de "Friday Night Lights", por lo que tendremos ahora claro que no había novia más ideal para Evans en todo Hollywood.
Además de capitaneando América para las pantallas más estrenduosas, a Chris se le puede ver, de vez en cuando, en algún que otro indie.
Nada demasiado noticiable, pero sí está él, merece la pena echar un ojo por si se descamisa, enseña el culo o simplemente se queda mirando a un punto fijo, con esa belleza embobada que sólo disfrutan los guapos de verdad.
Y quién sabe. El día menos pensado, Weinstein lo coloca como protagonista de una comedia de esas de gente loca, que grita mucho, bailotea y se enamora, y en próximos premios, vemos a Chris acudiendo como esperanzado nominado y no sólo como óptimo florero.
Cosas más raras se han visto.
En fin, no nos podemos quejar. Hasta cuando Hollywood es pésimo, nos alegra la vista y nos entrega a este elemento.
Demasiado para mi pobre corazoncito.
Pues sí, para mi es el más macizo que hay.
ResponderEliminar¡Guapísimo!
ResponderEliminarGuapo es poco... es demasiado lindo....
ResponderEliminarMe gusta como actúa 7-7 y es lindo.
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