viernes, 12 de abril de 2013

"Chantaje en Broadway" (Sweet Smell Of Success)


Poderosa anomalía dentro del cine de los cincuenta, "Sweet Smell of Success" se vertebraba desde de un sacrosanto motor del estilo de vida norteamericano: la infatigable persecución del triunfo a toda costa.
Su preestreno en 1957 despidió el olor del desastre para anteceder un fracaso comercial de órdago, más o menos predecible, atendiendo a una película sin concesiones, incómoda y cerebral. 
"Sweet Smell of Success" se inmiscuye en el periodismo entendido como sensacionalismo, el oportunismo disfrazado de oportunidad y el desmantelamiento de todo un sistema de valores, donde el individuo tiene carta blanca para hacer cualquier cosa por llegar a la cima y mantenerse.

Burt Lancaster y Susan Harrison

Su protagonista, Sidney Falco (inusual Tony Curtis) es un aspirante a columnista, que vende su alma al módico precio de ver su nombre en los artículos de prensa. Éstas se escriben dominadas por JJ. Hunsecker (Burt Lancaster), periodista de prestigio y dragón de la opinión pública. 
Hunsecker se ha elevado como un poder nacional, que se permite aconsejar a los senadores sobre sus indiscreciones, mientras cena, departe y maledice en el nightclub, con el teléfono bien cerca y los chismes flotando desde su séquito de aduladores.
Las ambiciones de Sidney Falco pasan por dorarle la píldora al devorador Hunsecker, que le pide un favor definitivo: su hermana menor, Susan, mantiene un "indeseable" romance con el guitarrista de una banda. 
Falco deberá hacer lo imposible por destruir esa relación y asegurarse para siempre la aquiescencia de Hunsecker.


Para el público de 1957, ver a Tony Curtis en un papel tan cínico fue poco menos que desconcertante. 
En el posterior reto de Curtis, "El Estrangulador de Boston", habría cierta transformación física, mientras que, en este, más temprano e inesperado, nos aparece la faz del Curtis de siempre, conocido en aventuras y comedias ligeras, incorporando a este Falco sin redención. 
Nunca su cara aniñada y bonita fue utilizada con tal efecto reverso y perverso; sin duda, su mejor actuación.

Tony Curtis como Sidney Falco

Pero Burt Lancaster aparece tan increíble, pavoroso y exquisito como Hunsecker, que "Sweet Smell of Success" es una victoria compartida por dos actores. 
El personaje de Hunsecker venía directamente modelado en Walter Winchell, popular columnista y feroz opinador de la época, uno de los responsables en poner de moda el anticomunismo y terrible brazo armado de la persecución mccarthyana.
"Sweet Smell of Success" no sólo pone en solfa el precio del poder periodístico, sino también su auténtico significado totalitario, que irrumpe en esa imagen donde Hunsecker mira la ciudad como si la poseyera por derecho propio.

Burt Lancaster como JJ Hunsecker

El tiempo ha puesto esta obra en su sitio de culto, y se la suele rememorar como una película intensamente quotable
El guión escrito a dos manos entre Ernest Lehmann y el dramaturgo Clifford Odets es un despliegue de diálogos de genialidad, a veces demasiado apabullantes, si bien la mayoría, pura delicia. 
 
"Odiaría morderte, eres una galletita llena de arsénico".

La generosa verbalidad encuentra necesario escape en la dinámica realización de Alexander Mackendrick. 
Obviamente, una película que destapa semejante cubo de basura en el seno del éxito norteamericano sólo podía ser firmada por un director foráneo. Mackendrick llegaba entonces desde Inglaterra, donde había ofrecido comedias legendarias como "Whisky a Gogó" o "El Hombre del Traje Blanco".
Para su debut en Hollywood, se sumergía en las sombras del noir y ofrecía uno de los retratos más vívidos y exactos de la nocturnidad de la metrópolis neoyorquina durante los años cincuenta. 


La cámara se insinúa por los nightclubs, las calles y los apartamentos con la misma astucia ladina que sus personajes, mientras se beneficia de una fotografía espléndida y una música jazz, que suena al golpe de la fatalidad del relato.
La estética juega con el contraste entre la noche - implacable, corrupta, donde todo es posible - con el amanecer, que ventila y ajusticia.


"Sweet Smell of Success" es una curiosidad convertida en clásico; me consta que aún desconocida y urgente de descubrir por muchos cinéfilos.

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