jueves, 24 de enero de 2013

Bradley Cooper

 

Bronceado eterno, pelazo glorioso, ojos azulísimos, sonrisa de triunfo norteamericano, cuerpo siempre a punto e incluso la revista People se atrevía a llamarlo el hombre más sexy de 2011.
Y, aún así, no conozco a nadie que se confiese entusiasmado cuando se estrena una película de Bradley Cooper. 


La incapacidad de Hollywood de convertir al bueno de Bradley en estrella imprescindible, pese a promocionarlo hasta la saciedad e incluso nominarlo al Oscar, podría definir a la perfección la decadencia y/o pereza de la gran industria.
No hay nada malo en Bradley. De hecho, es un encanto y está muy bueno, tan rubio, tan suavemente rústico. Verlo es un placer. 
Pero falta algo en esa ecuación; ese "it" que Hollywood persigue desde sus orígenes y ahora sólo consigue en muy contadas ocasiones.


Como figura, Bradley Cooper es descartable, pero nada detestable. 
Y, de hecho, si sorpresa fue verlo en la categoría de mejor actor para los próximos premios de la Academia, más sorpresa ha sido descubrir que se lo merece.


"Silver Linings Playbook" es un indie de lujo y, como tal, cumple con los requisitos del estilo weinsteniano, ese que ya es casi un género más en el cine norteamericano. 
Es decir, gente que viste de chándal, pero posee un gusto musical impecable, dentro de películas que se presumen rompedoras y originales y pronto devienen en tradicionales comedias románticas.
Sin embargo, dentro de esa tónica - cada año, un poco más irritante -, "Silver Linings Playbook" es un título bastante agradable y, a veces, brillante.


Bradley está como nunca; sin duda, porque tiene un papel bombón - un fracasado bipolar en busca de una segunda oportunidad - y está dirigido con mucho tacto. 
Tan convencido me he quedado con Bradley en "Silver Linings Playbook" que, si su entrañable Pat Solitano le roba el Oscar al inevitable Abe Lincoln, no seré yo quien proteste. 


Bradley, que nombró en cierta ocasión a Daniel Day-Lewis como su actor favorito, sabe que es el underdog de su categoría y no le importa. 
Nuestro chico ha llegado lejos y se paseará por la alfombra roja para hacer su trabajo: arrancar suspiros.
Suspiros dice arrancar de Zoë Saldaña, pareja actual, aunque los rumores sobre una presunta homosexualidad, constantes desde el principio de su carrera, se han reavivado en los últimos días. 


Los que lo niegan dicen que es el más obvio, tradicional y rastrero ataque contra un leading man hollywoodiense; otros aseguran que es la explicación lógica detrás de esas novias fugaces y poco creíbles.
En cualquier caso, como diría Jodie Foster, privacidad, por favor, privacidad.


Entre lo próximo de Bradley, repetirá y química con Jennifer Lawrence para el drama de época "Serena", participará en la tercera parte de la exitosa "The Hangover" y volverá a ponerse bajo la batuta de David O. Russell.


Toda la suerte del mundo y, tal como le dirá su madre, su agente, sus estilistas y sus publicistas, sonríe, Bradley, siempre sonríe. 

1 comentario:

  1. Me pareció un tío con tirón en una serie que hacía sobre unos hermanos uno de los que sería presidente de Estados Unidos Jack & Bobby, con mucho menos pelo, pero con esos ojos azules que irradian algo especial.. Da impresión de ser buen tío.
    Salu2

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