lunes, 19 de noviembre de 2012

Alicia, A Través del Espejo


"The Good Wife" es un clásico instántaneo.
Destila esa sensación de lo que es bueno de rotundidad, a través del feliz acercamiento entre el clasicismo y la modernidad, entre lo sólido y lo intuitivo, entre su condición de producto para todos los públicos y su entidad de historia de vida, con la que metaforizar el presente y fijarlo en imágenes para el futuro.
Curiosamente, una serie que cuenta de manera tan cómplice la realidad, con su mood de crisis y sus tramas extraídas de los periódicos, no es una serie de moda. 
Quizá si ofreciese trucos epatantes, la falsa promesa de contar el mayor secreto de la humanidad o la enésima antología del exceso, a la manera de otros dramas catódicos, sus ratings se verían necesariamente hinchados.


Pero, como dijimos a propósito de "Fringe", si "The Good Wife" fuera un éxito mayúsculo, no sería ese  placer privado.
Se ha hecho la mejor manera de empezar la semana del consumo seriéfilo por todo lo alto, con el aval de lo que no decepciona nunca.


Para que una serie sea buena tiene que poseer, a la fuerza, un libreto competente. Y, para que resulte carismática y digna de seguimiento, la clave está en sus personajes. 
Y "The Good Wife" no sólo está escrita con la destreza de la artesanía, sino que además se pulula de unos seres llenos de misterio y, a la vez, inteligibles. 
Como si fueran las personas que conocemos, las que están a nuestro alrededor. O como nosotros mismos, que debemos recurrir a la cara de póker tanto como prestar batalla, recuperar la dignidad, tomar decisiones, demostrar acción.
Como Alicia Florrick, el personaje central de "The Good Wife".
Si la serie puede verse y disfrutarse como un procedimental de abogados, es también un retrato de mujer y de mujeres. De hembras que salen de entre las sombras y toman protagonismo, mientras se atribuyen las riendas de sus vidas.

Julianna Margulies como Alicia Florrick

Alicia, la mujer que se contaba a partir de su marido, se vindica a sí misma desde el momento en que sufre la mayor humillación pública.
Como ironía, será más valiosa cuando ha de defenderse, cuando aquellos que quieren sexualizar a su esposo para derrocarlo políticamente han de pasar por ridiculizar su rol de esposa pasiva y paciente. La "buena esposa" sobre la que dar una opinión, a la que utilizar.
Para Alicia, cada día y cada caso significarán una aventura para afirmar su dignidad frente a un mundo que tiende a aplastarla.
Lo curioso, lo novedoso, el gran hallazgo de "The Good Wife" es que Alicia siempre lucha con armas femeninas. No renuncia a su personalidad, ni deja de entenderse como madre y guardiana de lo que considera justo. 
Alicia es consciente de sus contradicciones.
Vive asediada por ese enfrentamiento entre sus deseos de independencia y sus sentimientos de estabilidad, mientras sus vacilaciones se revelan tan valiosas y significativas como sus decisiones.
Un ser extraño esta Alicia. Diríase una mujer.


Alicia Florrick se mira en muchos espejos: los de sus familiares, los de amigos que se convierten en rivales, los de rivales que se convierten en amigos, pero el más interesante es el reflejo que le devuelve Kalinda Sharma, la enigmática detective del bufete.

Archie Panjabi como Kalinda Sharma

La season finale de la tercera temporada nos contaba que Kalinda es la otra good wife de la serie. 
Alicia y Kalinda conforman una dualidad. Se las presenta como amigas, pero, a la vez, opuestas.
Hasta la realización busca continuamente la oposición de ambas en la puesta escena, con la blanquísima faz de Julianna Margulies y la morenez hindú de Archie Panjabi como imagen de la disparidad.


Kalinda se entiende también como una superviviente, una mujer a la sombra, pero, en esta ocasión, ha luchado con armas masculinas.
De ese modo, la violencia, la intimidación y el individualismo definen su proceder.


A diferencia de Alicia, Kalinda ve el sexo como una extensión de su influencia sobre las personas, un instrumento más que una realización y un pasatiempo olvidable más que una prueba de liberación. Tal y como lo ejercería un hombre.
Lo que se ha descubierto esta temporada es que, mientras Alicia huye de la humillación que suponen los escándalos sexuales de su marido, Kalinda concurre en una complicada historia con el suyo, donde el sadismo y la sumisión son protagonistas.
La agresividad ocupa nuevamente un lugar central en los derroteros del más misterioso de los misteriosos personajes de "The Good Wife".

Archie Panjabi y Marc Warren

Si bien la trama del marido de Kalinda no se ha desarrollado de manera especialmente deseable - gran parte por el casting -, el argumento insiste en la oposición simbólica de dos mujeres complejas.
Alicia y Kalinda se miran, se estudian y se envidian, mientras se acercan, sintiéndose hermanas, sintiéndose iguales. 
Se contagian de sentimientos, se transfieren frialdades y se contemplan la una a la otra, a través de inteligentes silencios y caras que lo dicen todo.
Es significativo que "The Good Wife" empezara cuando se conocieron y alcanzara su momento climático cuando una revelación las enemistó. 


Más espejos de Alicia se encuentran en las otras mujeres de la serie, mayores que ella, testimonios de épocas anteriores, pero de indudable vigencia. 
Por un lado, Jackie Florrick, la suegra terrible y hembra desesperada, ejemplo de una generación donde la influencia femenina sólo podía ejercerse a través de la diplomacia, de la mentirijilla piadosa, del ardid a costa del hombre poderoso.

Mary Beth Peil como Jackie Florrick

Y, por otro, Diane Lockhart, el prototipo de la yuppie, la que renunció a toda vida privada para entrar en esferas de poder, quedarse trabajando hasta avanzadas horas de la noche y construirse así una carrera y una reputación.
Alicia, Kalinda, Jackie y Diane son las cuatro mujeres decisivas de "The Good Wife", más bellas e importantes drámaticamente que los hombres, pese a que ellos sean los insorteables referentes en sus vidas, de modo permanente o esporádico.

Christine Baranski como Diane Lockhart

Estos personajes se desarrollan en el turbulento escenario de abogados, jueces y campañas políticas de "The Good Wife", donde las pugnas por el poder aparecen sazonadas con la irrupción de un mundo descalabrado económicamente.
El bufete Lockhart/Gardner se ha hecho el escenario de la bancarrota empresarial, donde ascender ya es un sueño ante la inminencia de ser cordialmente despedido.

Matt Czuchry y Chris Noth

Sobre las mesas de ese escenario, se habla de rescates financieros, magnates de Internet, abusos de poder, reputaciones perdidas o variopintas ventas de la propia alma. 
Desde sus retratos de mujer hasta los variados casos que aborda, pasando por la carrera política de Peter Florrick, "The Good Wife" es intuitiva, certera, ácida, exquisita en su análisis de la sociedad. 
Y, a la vez, terriblemente entretenida, de una manera básica y directa, con argumentos interesantes, investigaciones detectivescas y emocionantes revelaciones en juicios, donde se dice "protesto", "Señoría" y todas esas cosas.


No le sobra nada, ni le falta nada a esta buena esposa. 
Sabe de la sencillez, el dinamismo y la elegancia, características y sensaciones que refutan que esta serie es un clásico con todas las de la ley.

1 comentario:

  1. No tengo mucho más que añadir, porque todo lo que has dicho me parece tan acertado como cierto y comfortable. Personalmente añadiría especial mención a los secundarios recurrentes como Michael J. Fox o Martha Plimpton (con su merecidísimo Emmy este año) o cualquier personaje secundario que aparece, todxs me han parecido geniales.

    Y también especial mención a los comienzos de capítulos, los cuales esta temporada se están saliendo.
    Olé.
    That's all.
    Abrazos.

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