viernes, 9 de noviembre de 2012

"La Fiera de Mi Niña" (Bringing Up Baby)


Tiempos locos requerían comedias locas y, en 1938, irrumpía la mayor invitación a la insania. 
Se llamaba "La Fiera de Mi Niña" (Bringing Up Baby), un título imprescindible para todo aquel que se llame cinéfilo.
Parece mentira que una obra tan rotunda fuera un terrible fracaso de taquilla para la RKO, que, de hecho, despediría al director y a la estrella femenina tras los decepcionantes números que cosechó en el año de su estreno. 
El tiempo y las reposiciones la recuperaron y consagraron hasta el punto de considerarla la definición perfecta de clásico, incluyéndola en antologías, apuntándola en listas de películas favoritas y permitiendo que haya sido imitada, homenajeada y plagiada hasta la fatiga.

Cary Grant, el leopardo Baby y Katharine Hepburn

Como buena screwball comedy, "La Fiera de Mi Niña" es un fruto de la Depresión, época que consumía farsas donde el orden social, génerico y cultural se veía comprometido por el desastre. 
Consistía en ridiculizar la propia ridiculez del mundo, que, a través del slapstick y la réplica sofisticada, aparecía gracioso, cómplice, adorable. 
Un universo patas arriba, pero no deprimente como el real, sino burbujeante cual champán.


En "La Fiera de Mi Niña", David, el nerdy paleontólogo ignora la que le espera cuando se cruza en el camino de Susan, una heredera muy disparatada. 
Ésta lo lía hasta límites indecibles y acabarán los dos en un bosque de Connecticut, persiguiendo a un perro y buscando a un leopardo. 
"La Fiera de Mi Niña" extrae chiste al darle la vuelta a las situaciones y los protocolos de las maneras sociales. En la educación, encuentra el absurdo, siempre jugando con la incapacidad de comunicarse de los personajes, mientras lo civilizado corre a través de lo selvático,
Cuenta el más desesperante de los desastres sin permitir que el espectador pare de reír en ningún momento.

Cary y Kate, en pleno bosque

En "La Fiera de Mi Niña", también se cambian los roles génericos. Es decir, la mujer manda. 
David es el tontín, el que se sube a la silla cuando ve al leopardo por primera vez, el que se cae siempre y el que es transportado a lo largo de los escenarios muy a su pesar. 
Entre sus tácitas pérdidas de actitud masculina, David tendrá que sujetarle el bolso a Susan o, más memorablemente, acabar vestido con una bata de mujer.
Ahí aparece ese diálogo donde David dice que se ha vuelto gay de repente para callar a la tía de Susan, que requiere una explicación urgente a la bata.
Fue la primerísima ocasión donde la palabra "gay" aparecía en una película convencional. Aún se debate si su inclusión - improvisada por Cary Grant - iba con toda la intención, ya que el término no se popularizaría fuera de círculos homosexuales hasta la década de los sesenta. Ejem.

Cary Grant y May Robson

Mientras David es ese hombre tan hilarantemente desprovisto de pantalones, Susan es la mujer independiente, la que sabe lo que quiere y hace ardides para conseguirlo. 
De hecho, como planeadora del magno disparate, conoce bien el final de la aventura antes que David.

"I can't give you anything, but love, Baby"

En ese encuentro y desencuentro, donde los personajes antagónicos se convierten en la pareja romántica, intuimos la batuta del director Howard Hawks, cuyas obras tienen ese tema recurrente del hombre y la mujer como rivales a un mismo nivel. 
En Hawks, el amor se cuenta como la mayor aventura. 
Y, en "La Fiera de Mi Niña", aparece además como otro elemento de la anarquía. 
En un diálogo, David asegura que presiente que va a pasar algo horrible. Lo "horrible" será que sus previsiones de futuro, su tranquilidad y su labor profesional se arruinarán para siempre, y todo ello se producirá nada menos porque ha encontrado a Susan, la horma de su zapato. 
La simpática ironía detrás de esta película es que los guionistas - Dudley Nichols y Hagar Wilde - se enamoraron mientras la escribían.


Que la chica sea Katharine Hepburn da una nueva imagen al personaje de la heredera, básico en toda screwball. Con Kate, es más enérgica, más feminista, menos decorativa. Es decir, más Kate.
Junto a Cary Grant, conforma ese dúo tan irrepetible por peculiar; pocas veces, hemos visto parejas cinematográficas donde él represente la belleza y ella, el carisma. 
En "La Fiera de Mi Niña", hasta la elección de los protagonistas parece incidir en su intención de darle la vuelta a todo.


La desgarbada torpeza de Cary Grant, contrapuesta a esa guapura casi imposible, es completamente impagable. 
El paleontólogo David es uno de los grandes papeles de Cary, evidentemente inspirado en Harold Lloyd, pero con la novedad del toque hunky.


Para explicar el descalabro comercial de esta película, Howard Hawks aseguró que había disparatado demasiado las situaciones, desconcertando al público de 1938 con una comedia donde no hay un personaje normal ni un instante de respiro.

Katharine Hepburn y Charles Ruggles

En "La Fiera de Mi Niña", la gente entra por la ventana, se confunde, se interrumpe, se cambia los nombres, acaba en la cárcel y, como secuencia final, glorifica la destrucción.

Brontosaurio

Podría decirse que "La Fiera de Mi Niña" fue una obra adelantada a su tiempo, por sofisticada e iconoclasta, aspectos que sólo contribuirían a su gloria postrera.

El Señor Hueso y el perro George

Y, ante todo, "La Fiera de Mi Niña" es una película de risa. De las de reírse mucho y de las de reírse en todas las ocasiones que se vuelve a ella.

2 comentarios:

  1. Ya quisieran los gafapastas de hoy tener la clasaza de Cary. Y Kate, qué decir de Kate: masculina sin perder la feminidad. Me encanta.

    ResponderEliminar
  2. Gary era un todoterreno, buen físico que le aguantó muchos años, elegantemente británico y eterno galán que lo mismo hacía el ridi en esta película que se echaba a llorar en Tu y yo. Casi lo mismo se podía decir de Kate, salvo lo de inglesa, of course. La "quimica" entre ellos era peculiar, nada convencional ni aquí ni en La gran aventura de Silvia y menos aún en Historias de Filadelfia, film quizás menos rompedor pero indudable obra maestra.

    ResponderEliminar