jueves, 2 de agosto de 2012

Ryan Lochte


La llegada de Estados Unidos a los Juegos Olímpicos se ha resuelto según las acostumbradas previsiones. Es decir, con una demostración de poder a todos los niveles. 
Se ha vivido el despliegue de un poderoso programa deportivo y también esa orquestada repercusión mediática, con la que los yanquis prefieren condimentar todo lo que hacen.
Así, Ryan Lochte se ha convertido en una de las caras de Londres 2012 por dos motivos: ganar y estar bueno. 


Un chico para ocupar portadas y corazones al mismo tiempo. 
Ahora que el laureado astro de la natación, Michael Phelps, anuncia que estos Juegos serán los últimos, los ojos de la delegación norteamericana emplazan todas sus futuribles apuestas en la sonrisa de Ryan.


Los aficionados a la natación saben que Ryan lleva compitiendo en las Olimpiadas desde 2004, pero esta edición es su momento para brillar con decisión. 
Él ha cumplido y, a golpe de esa tremenda arrancada en los 400 metros combinados, hizo morder el polvo a Phelps y se llevó su primer oro de estos Juegos.


Mientras lo celebraba, detectamos que Ryan ha llegado a Londres más sexy que nunca. Hasta le perdonamos ese horterísima bling que le gusta llevar en los dientes. 
Pero, oh, cuando sale de la piscina. Irrumpe ese físico espectacular, como venido de otro planeta, y me hace pensar que Ayn Rand tenía razón. Aquello de que hay seres definitivamente mejores.


Como muchos atletas, el deporte ha sido la razón de existir de Ryan Lochte.
Lleva chapoteando en el agua desde niño, y su padre mudó a toda la familia a Florida para entrenarlo y hacerlo un nadador de élite.


Un día de su adolescencia, Lochte decidió que no iba a perder nunca más, se lo tomó en serio y, años después, ha alcanzado todas las alcanzables glorias internacionales. 
No sólo las Olimpiadas, sino también El Día del Maromo, que tampoco es moco de pavo.


Como Ryan es todo lo guapo y lo simpático que nunca ha sido Michael Phelps, le auguramos un futuro muy show-business.


La prensa ya vive llena de comentarios sobre el 'Lochtenator' y aumentan los fans, tanto en Estados Unidos como en todo el mundo. 
Esperemos que ni el cloro ni la fama perjudiquen jamás la concentración y la belleza de este campeón.


Los que suspiramos por sus músculos y sus brazadas también rezamos para que Hollywood lo convierta en la alternativa masculina a Esther Williams. 
Sería un perfecto y delicioso Tarzán. En definitiva, cualquier papel que requiera agua y la mínima ropa posible.


Todo un descubrimiento este Lochte para el mundo del maromismo. 
Yo confieso que, cada día de estos Juegos, espero con ansia sus competiciones. Sólo hay que verlo para entender mis razones.


Go Ryan!

2 comentarios:

  1. Ciertamente, esperemos que no se malogre como el australiano de oro, ese Ian Thorpe que llegó como un misil arrasando con todo y se fue perdiendo en su decadencia absoluta al más estilo Bud Spencer, otro antaño nadador que se debió cenar un día a sus compañeros de equipo.

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  2. No sentía tanta pasión por la natación desde que vi a todos esos maromos en traje de Baño y por supuesto a Ryan Lochte

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