jueves, 23 de agosto de 2012

Ryan Phillippe


El rubito de labios gruesos, siempre tan serio, Ryan Phillippe ha querido ahora teñirse el pelo de rojo en su regreso a la televisión. Quizá, para atestiguar que ha pasado el tiempo.
En televisión fue donde nació, a mediados de los noventa, en el culebrón diario "One Life To Live". 
Muchos guapos han empezado en esas series, pero el caso de Phillippe fue especial: interpretó al primer adolescente gay de la ficción de media tarde.


Por aquel tiempo de florecimiento, Ryan sería invitado al cumpleaños de Reese Witherspoon. 
Llegó, se acercó a ella y no pararon de hablar en toda la noche. Reese acabó diciendo que el querubín había sido su mejor regalo.
Eran buenos tiempos para los dos. 
Phillippe aparecía en "I Know What You Did Last Summer", éxito que lo colocó en todas las agendas, y en "54", donde se descamisaba para furor de lo homoerótico en pleno melodrama disco-fever


Con su amada Reese, coincidiría en pantalla para "Crueles Intenciones", otro título esencial de Ryan, que se confirmaba así como yogurín a devorar por el público, granjeándose escuadrón de fans por el camino.
Cuestión de morritos y rizos de oro; Ryan Phillippe siempre fue una monada, como para ponerlo de angelito meón en una fuente privada.


La Witherspoon fue quien se lo quedó y, así, se casaron, jóvenes y felices, con dos niños como saldo y una buena relación que trascendería su divorcio. 
Ryan aplaudió de pie el Oscar que recibió ella en 2006 y se emocionó, sin perder su proverbial seriedad.
Pero, como a todas las parejas de Hollywood donde ella gana un premio de la Academia, el alto honor de la industria parecía venir acompañado de un billete a la separación.


Quizá algo ensombrecido por la fama de la rubia legal que tenía por esposa, Phillippe, en cambio, ha tenido una carrera fructífera, con la fortuna de trabajar para buenos directores.
Estuvo memorable como el mayordomo que le subía el vaso de leche y algo más a Kristin Scott-Thomas en "Gosford Park", formó parte del extenso reparto de "Crash" como un rookie agobiadísimo, y dio su mejor interpretación a las órdenes de Clint Eastwood en "Banderas de Nuestros Padres".


Sus angulosas facciones de jovenzuelo fueron dando paso a una madurez muy interesante, y Ryan, ahora con mofletes y serenidad, es un hombre a tener en cuenta, tanto maromial como estelarmente.

En "Breach" (2007)

No para de trabajar, se interesa por la dirección, maneja proyectos como productor, mientras la prensa rosa sigue con atención sus líos, sus paternidades y todas las chicas que tienen la suerte de besar esos labios y contemplar esos ojitos por la mañana.


Este verano, Phillippe ha vuelto a la televisión, en su primer papel de calado en Catodia tras "One Life To Live". 
Sucede en la última temporada de "Damages", donde Ryan es la pieza clave de la intriga, interpretando al perseguido director de un emporio de filtraciones documentales a través de Internet.
"Damages" es lo que se llama un roman-à-clef.

Como Channing McClaren en "Damages"

Pelirrojo y magnético, Ryan Phillippe me deja claro que, si Julian Assange luciese así, le concedería inmediato asilo político en mi casa.
Con las mejores, nada crueles, intenciones.
¡Ñam!

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